
Todos hemos venido al mundo como niños totalmente dependientes de otros. Hemos sido dirigidos, educados y sustentados por otros durante bastante tiempo, y está claro que si no hubiera sido así no habríamos vivido más que unas pocas horas, o a lo sumo unos pocos días. Después, nos fuimos haciendo cada vez más independientes. Se podría decir que nos fuimos haciendo cargo gradualmente de nosotros mismos.
Una persona con una dependencia física (un paralítico o un enfermo de Alzheimer, por ejemplo), necesita ayuda de los demás. Una persona que sea muy dependiente emocionalmente, tomará sus decisiones y se sentirá segura muy en función de la opinión de los demás, de lo que otros piensen de él. Una persona que sea muy dependiente intelectualmente, cuenta con que otros piensen y decidan por él ante los principales problemas de su vida.
En cambio, una persona independiente se desenvuelve por sus propios medios, tiene su propia opinión sobre las cosas y sus propias pautas para la construcción de su vida.
—Parece claro que la independencia es un logro importante en la vida, pero debe tener también su justa medida, porque ser absolutamente independiente no parece que tampoco sea el gran paradigma de la existencia. Naturalmente. Entre otras cosas, porque –como señala Stephen Covey– los más altos logros de nuestra naturaleza tienen siempre que ver con nuestra relación con los demás: la vida humana es de por sí interdependiente, y por esa razón hay que encontrar un equilibrio adecuado, una justa medida entre ambos extremos erróneos.
Podría decirse que la sensibilidad de nuestra época ha entronizado a veces de modo exagerado la independencia, como si fuera la más grande meta humana y una garantía segura de felicidad. Sin embargo, un exagerado o mal entendido afán de independencia puede en muchos casos acabar en dependencias mucho más amargas.
Por ejemplo, la que se ve en esas personas que abandonan su matrimonio y sus hijos en nombre del amor y la independencia, aunque en el fondo lo hacen por razones egoístas bastante fáciles de suponer. O la de aquellos que desatienden a su familia, o traicionan a sus amigos, o renuncian a sus principios, en razón de un desmedido afán de afirmación personal en su trabajo, por ganar más dinero o alcanzar mayores cotas de poder. O la que se ve en aquellos otros que hablan de romper las cadenas, liberarse, vivir la propia vida…, y en realidad están con ello sujetándose a otras cadenas que suponen dependencias mucho más fuertes, porque son dependencias que están en su interior: en una búsqueda egoísta de placer o comodidad, en una renuncia a enfrentarse a la propia responsabilidad, o en echar la culpa a los demás de todo lo que les resulta difícil en sus vidas.
La independencia personal nos hace actuar por cuenta propia, en vez de entregar a otros el control de nuestra vida, y eso es un logro muy importante. Pero no es suficiente como meta final de una vida.
Hay que añadir siempre a la independencia
una buena dosis de sensatez y buen criterio,
para tampoco caer en la idiotez independiente,
que por ser independiente
no deja de ser idiota.
La vida, por naturaleza, es interdependiente. El hombre no puede buscar la felicidad poniendo la independencia como valor central de su vida. De entrada, porque cualquier logro en la vida afectiva de una persona pasa necesariamente por depender en cierta manera de su mujer, su marido, sus hijos, sus amigos, su proyecto profesional, etc.; y todos también necesitamos depender de unos principios, ideales y valores que dan sentido a nuestra vida.
En definitiva, se puede ser independiente y comprender que se avanza más trabajando en equipo, que necesitamos enriquecer nuestro pensamiento con el de otras personas, que hay que ser fiel a unos valores acertados, o que todo hombre necesita dar y recibir afecto. La vida ha de plantearse buscando compartirla profunda y significativamente con otros, y esto supone siempre un contrapunto ante un afán de independencia mal entendido.
Alfonso Aguiló. Con la autorización de: www.interrogantes.net
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muchas gracias es un texto muí bien explicado y muí entendible…
en verdad tienes un don para escribir y redactar lo que quieres dar a conocer
muchas gracias de nuevo
me sirvió mucho tanto para la vida personal como para mi tarea
xD
Hola Marys:
Además de los artículos sobre la Personalidad, también hay en Aplicaciones didácticas una sección de Autoeducación, en:
http://www.aplicaciones.info/autoedu/autoedu.htm
Un cordial saludo de
Arturo Ramo
Super gracias sirvió para mi trabajo suerte
Hola Carfir:
Estos temas de personalidad son muy interesantes. Su autor es Alfonso Aguiló, que ha escrito varios libros y tiene una página web interesante:
http://www.interrogantes.net
Un cordial saludo de
Arturo Ramo
muchas gracias, en realidad es una gran explicacion, y ayuda mucho a la mente, gracias y el q escribio esto tiene el don de explicar la cosas.
Gracias.
nose enojen por la verdad gracias me sirvio
gracis por todo tad muy amables estp
Era lo que estaba buscando muchas gracias
olax ps grax me sirvio para una terea k me dejaron jejeje 🙂 …
ser independiente es solo hasta una edad por que no siempre tenemos que ser dependientes de alguien
asi que chavos sean independientes cuando crean que estan seguros y seran responsables de lo que hagan
!!!! SUERTE¡¡¡¡¡
este documento me parecio muy interesante..habla de la realidad de la vida, ya que ser independiente no lo es todo.
la independencia aunque es algo fundamental como todo tiene sus limites…… y no existe mejor manera de explicarlo que este articulo
gracias por la publicación esta muy interesante me sirvio mucho gracias
que buen trabajo, de verdad lo agradezco, me sirvio demaciado para mi tarea y no pudo haber sido mejor explicado q lo q escribio.
gracias y es una exelente información
esta bie me sirvio mucho, grasias