
Uno de los grandes bienes que tiene el hombre es su libertad y aprender a desarrollarla rectamente es una tarea de toda la vida. Como consecuencia también los padres y educadores han de dedicarse a fomentar la libertad de los pequeños y a tener criterio propio. Se podría decir que los hijos/educandos no llegan a ser libres, los educadores han fracasado.
Pero el mayor inconveniente de la educación de la libertad es la dependencia de los chicos respecto a los mayores. Hay que reducir progresivamente la dependencia con el fin de poner cuanto antes al educando en condiciones de valerse por sí mismo, ejercitando su libertad y asumiendo la responsabilidad correspondiente.
Los profesores y padres pueden darles a sus hijos toda la ciencia, todos los conocimientos, todas las competencias básicas como se dice ahora, pero todo eso resultará pobre a la larga si no se le enseña a usar rectamente su libertad.
Todos tenemos experiencia de que resulta más fácil y rápido hacer una tarea o ayudar a un hijo que esperar a que lo haga él con su esfuerzo. Cuando vemos que el chico no acierta a ponerse los zapatos y atarse los cordeles correctamente, nos inclinamos a hacerlo nosotros mismos. Pero lo conveniente será enseñarle a hacerlo él y esperar con paciencia a que lo consiga. Lo mismo podríamos decir respecto a hacer los deberes del colegio o resolver los problemas de convivencia con otros chicos. En todos estos casos los niños han de desarrollar sus propios recursos, para confiar en sí mismos y cuando se encuentren en una situación difícil, sepan hallar la solución, probando dos o tres hipótesis para solucionar el problema.
Otra forma de reducir la dependencia es ejercitarse en escuchar a los pequeños y fomentar a que ellos piensen soluciones y aprendan a corregir sus propios errores.
Los mayores a veces se preguntan: ¿Tan negativo es ayudar a un niño a anudarse los cordones de los zapatos o dar consejos para resolver una riña con sus compañeros? Porque los niños son inexpertos y débiles y dependen en muchos aspectos de los adultos que los rodean.
Pero ahí radica la labor del educador: reducir poco a poco la dependencia y poner cuanto antes al educando en condiciones de valerse por sí mismo
Arturo Ramo García. http://www.aplicaciones.info
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