
Nuestro hijo empieza a tener su propio mundo. Continúa jugando a escenificar las vivencias y experiencias de su día a día y está aprendiendo a jugar a juegos de reglas. A veces se enfada sin razón aparente y empieza a llorar. La verdad es que hay momentos en los que no sabemos lo que le pasa. Pero lo mejor de todo es que ha empezado a tener buenos amigos y juega con ellos en todo momento. Bueno, a menudo también se pelean… Lee el resto de esta entrada »